Tuesday 11 November 2008

La democracia no nos hace libres

2 dias antes de las elecciones en el gabacho, un amigo de Karol nos invitó a seguir de cerca los resultados de la jornada electoral en una fiesta gratuita que LSE (London School of Economics) iba a tener ese dia con motivo del "cambio". Adicionalmente, mencionó, el amigo en cuestión, habrá una gran celebración al dia siguiente en el conocido restaurante "The Texas Embassy" junto a Trafalgar Square para festejar el resultado. La celebración será de despedida, dijo sonriendo,-"lo importante es que ya se va"-
Durante toda la semana pasada no se habló de otra cosa. Los ojos del mundo estuvieron sobre un país y un nombre. Esa actitud que yo llamo "altamente gringa" flotaba en las calles, cafés y oficinas. El acento del idioma inglés cambió de tono. Ya no se decía "mate" sino "dude" o "budd". Por un momento pensé que el tan cortés "Lovely" de los Brits se convertiría en un insípido "cool", y que en lugar de paraguas en las esquinas, se venderían rifles (para cazar zorros, por supuesto). Además, resultó que todos los gringos perdidos en esta isla, que tan orgullosos se sentían de sus antepasados de Yorkshire, Sheifield o Plymouth, ahora clamaban a Wichita, Topeka y Sioux Falls como la tierra paradisiaca que los vió nacer y los verá morir. De repente todo el mundo quiso ser, estar, vivir o haber vido en Estados Unidos, o de perdida tener amigos en el gabacho que pudiera votar el 4 de Noviembre. "The day that United States was a little bit cool" rezaba el encabezado de uno de los tabloides que reparten en el metro londinense.
Hoy las expectativas mundiales están sobre los hombros de un hombre. Irónicamente, un hombre de color, con un nombre musulmán, hijo de un pastor africano pero criado en Hawaii. Vaya monedita de oro. Y a pesar que los más fieles creyentes del "sueño americano" sigan convencidos que en su país, "todo es posible", la prensa naional y mundial sigue remarcando la condición de extraño, lejano, fenómeno, que Obama representa. Al día de hoy por cada vez que se escribe la palabra "presidente", le sigue la de "negro" inmediatamente después. Por qué? me pregunto.

Sin ánimos que aguafiestas, "el cambio" no se produce por el color de la piel, ni por las lágrimas del reverendo Jackson o los aplausos de la hija de Luther King. Al igual que se vivió en México con Vicente Fox, el "sí se puede, sí se puede!" que movió masas, bloqueó calles y despertó el fervor popular de una nación cansada de sus autoridades y que al final no produjo más que esperanza desoladora, la versión gringa "yes we can, yes we can!" tendrá que demostrar que no sólo ésa llamada democracia (la de puntajes electorale) es la llave para mejorar la situación de ése país y de las economías mundiales que dependemos de ella. El paquete está ahí, y no es fácil. Obama por sí sólo no podrá lograr cambiar el rumbo del mundo, necesitará mucho más ayuda que color de su piel.