Tuesday 28 August 2007

Something to believe in II

Que levante la mano quién haya oído acerca del Discurso de Antioquia? … Muy bien… para los que se acercaron al monitor a releer la pregunta, una de dos, o tuvieron la fortuna de no asistir a colegios religiosos ó bloquearon concientemente cualquier recuerdo de sus clases de historia. Para el resto, que cree saber a lo me refiero, temo desilusionarlos si creen que haré una detallada explicación acerca de la debacle de los imperios sirios, griego y romano.
Todo empezó la mañana de un domingo cualquiera en el meridiano de Greenwich, me levanté (crudito) a preparar café y comprobar que el verano que tanto me habían prometido, se le había olvidado pasar por mi ventana. Entonces, sonó el timbre. Mis tickets para Chris Cornell en el Roundhouse habían llegado y justo después de firmar de recibido, detrás de las bermudas de mi cartero favorito, aparecieron 2 personajes salidos de alguna película de Tim Burton que me sonrieron y se acercaron a mi puerta. Yo, en boxers, quise ocultarme detrás de la puerta inútilmente. Un hombre de unos 60 anos, alto, delgado, arrugado y con la nariz prominente se acercó presuroso y me saludó amablemente. Usaba lentes redonditos a la Lennon, era medio calvo y jorobadito. Enfundado en un impecable traje negro con todo y chalequito. Portaba un portafolio negro y sus zapatos relucían tan limpios que juraría que la lluvia no los había tocado en su caminar. Con él, una joven de unos 25 años, gordibonita y rubia, como todas las inglesas, llevaba un vestido de florecitas hasta los tobillos y un suetercito de abuelita a los hombros. Respondí el saludo por cortesía. Error!. Eso bastó para que de una semana para acá me sintiera acosado y perseguido. El homber me extendió unos folletos que ojeé rápidamente y me lanzó la pregunta que me bajó la cruda de inmediato. – “Qué piensas acerca del futuro inevitable y catastrófico al que nos estamos acercando?”- , -“Ejé… pues,… I mean…”- tragué saliva y parpadeé rápidamente para poder abrir bien los ojos y despegarme las lagañas de las pestañas. –“Lees la Biblia hijo mío?”-, - “Yo… este… sí, sí, claro…”- (Dough!, qué diablos estaba pensando cuando contesté que sí?). Entonces sacó su librito de pasta negra, tal como tamarindo que cita el reglamento de tránsito después de “orillarte a la orilla”. Y como buen tamarindo, ya tenía los pasajes subrayados, listos para cada ocasión y persona a su paso. Cartas a los Corintios, para los que hablan por celular manejando; Éxodo, para el que se pasan el alto; Lamentaciones para los que dan vuelta prohibida; Proverbios para los que se les olvidó el hoy no circula; los Libros Proféticos para los del alcoholímetro…
En verdad me sorprendió cómo el alcance de los grupos cristianos no conoce fronteras, países, idiomas, domingos o meridianos en toda la faz de la tierra. Y aquí, justo aquí, a unos pasos de donde escribo estas líneas puedo decir que fui víctima de los hermaniacos. Literal, si yo no voy a la Iglesia, la iglesia vino a mí. Después de 20 minutos de monológo (de su lado, claro está) decidí dar por terminada mi experiencia religiosa cuando las parábolas se tornaron en discursos políticos, contra el monstruo del capitalismo, la democracia malograda de occidente y el neoliberalismo asesino. –“Nuestros gobernantes tienen que entender esto…”- Interrumpí y le arrebaté su librito. Busqué mi pasaje favorito de la Biblia (sí, sí, tengo un pasaje favorito de la Biblia aunque no lo crean)y al encontrarlo saboreé el cinismo y desfachatez de enfrentarme a dos pobres misioneros ignorantes del mundo que los rodea, incluyendo el cine, Tarantino y la bola de chacales con los que se pueden encontrar. Leí en voz alta, intercalando mi mirada en sus rostros -"Ezekiel 25:17, The path of the righteous man is beset on all sides by the inequities of the selfish and the tyranny of evil men. Blessed is he who, in the name of charity and good will, shepherds the weak through the valley of the darkness. For he is truly his brother's keeper and the finder of lost children. And I will strike down upon thee with great vengeance and furious anger those who attempt to poison and destroy my brothers. And you will know I am the Lord when I lay my vengeance upon you."- (El camino del hombre recto esta por todos lados rodeado por las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que en nombre de la caridad y de la buena voluntad saque a los débiles del valle de la oscuridad porque él es el auténtico guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos, y tú sabrás que mi nombre es Yahvé, cuando caiga mi venganza sobre ti).
En ese momento deseeé llamarme Jules, usar Afro, barba, trabajar para Mr. Wallace, y estar al lado de John Travolta. Mis oyentes quedaron mudos por un momento. Se miraron satisfechos por su logro me estrecharon la mano sosteniéndome el antebrazo con la otra, al puro estilo de jefes de estado. Se retiraron alegres y reflexionando acerca de Ezequiel. Les hice el domingo!

Pero ahí empezó mi penitencia de la semana, por alguna razón me llegó por mail una invitación personalizada y todo, para asistir a los premios Arpa en México,(y aquí regreso a mi historia inicial). Sí, lo sé, yo también puse la misma cara de interrogación acerca de qué put”£s! son los premios Arpa. Resulta que hay una organización para artes cristianas que promueve la música entre los jóvenes. Cómo dieron conmigo? No sé. Si alguien me inscribió a una cadena, por fa, bórrenme, no sean gachos. Resulta que en la categoría Rock (Sí… tienen categorías y todo!) un grupillo llamado Discurso de Antioquia es el favorito o algo por el estilo. El rock cristiano no es de mi interés y aunque admito que me latía la canción de los 3 lunares de Kerigma, ésta banda no tenía nada que ver con los discursos kerigmáticos de los apóstoles!!! Por Dios!!!! (jejeje).